Juan 16:23 es una promesa de que, en el futuro, los creyentes podrán pedir cosas directamente al Padre en nombre de Jesús y que Él les dará lo que pidan, lo que resultará en una alegría completa. Este versículo está enmarcado en el contexto de la partida de Jesús, la tristeza de los discípulos y la llegada del Espíritu Santo, que enseñará y recordará todo lo que Jesús dijo.
Explicación detallada
- Orar en nombre de Jesús: Jesús instruye a sus discípulos a pedir "en mi nombre". Esto significa orar con su autoridad y en línea con su voluntad, no como una petición genérica para obtener lo que se quiera, sino para pedir de acuerdo con la voluntad de Dios.
- La promesa del Padre: Jesús asegura que el Padre mismo les dará todo lo que pidan en su nombre. Esto está directamente relacionado con el amor que el Padre tiene por aquellos que aman a Jesús y creen que él vino de Dios.
- Alegría completa: El resultado de pedir en nombre de Jesús es que la alegría de los creyentes sea completa. Este gozo no es momentáneo, sino que proviene de la relación con Dios a través de la oración.
- El papel del Espíritu Santo: Este versículo se enmarca en el contexto de que, tras la partida de Jesús, el Espíritu Santo será enviado para enseñar a los discípulos y recordarles todo lo que Él les dijo.
- El fin de la tristeza: La promesa de la oración en nombre de Jesús y la alegría que sigue están directamente relacionadas con la sustitución de la tristeza de los discípulos por un gozo que nadie les podrá quitar.
- La transición a la oración directa: La frase "en aquel día ya no me preguntarán nada" (v. 23) no significa que dejarán de orar, sino que pasarán de hacer preguntas directas a Jesús a orar directamente al Padre en su nombre.
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