domingo, 13 de septiembre de 2015

Dejen de engañarse a sí mismos

Imposible es para mí no sentir compasión y tristeza por las miles de personas de Siria, África, Turquía, Irak, Líbano, Yemen, y los que viven en la linea fronteriza de Cisjordania e Israel y la Franja d Gaza. Unos en guerras civiles, otros invadidos por opresores más fuertes que ellos. Otros desplazados a ultranza por las circunstancias políticas e ideologías terroristas.Otros peleando por odios milenarios... Millones de personas sufren desnutrición y enfermedades en países de inmenso crecimiento demográfico y poca producción agrícola. Otros perecen o pierden su hogar en inundaciones y terremotos.

La tiranía del hombre y la capacidad destructiva de la guerra moderna han impuesto dolor, tortura y muerte sobre millones de seres indefensos. Incontables vidas se han perdido en brutales actos de terrorismo y secuestros aéreos. Siempre ha habido accidentes, pero actualmente la cantidad de desastres y calamidades naturales es abrumadora: aviones de pasajeros que los derriban matando a todos, otros los estrellan; una planta de extracción de petróleo explota; el fuego atrapa a centenares de viajeros en un tren subterráneo. Esclavitud de niños, niñas y adolescentes a quienes venden como esclavos sexuales. Corrupción moral y politica sin precedentes. La gente se pregunta: ¿por qué lo permite Dios? De hecho, la Biblia dice: "Sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora" (Romanos 8:22).

MIS CONCLUSIONES:
1. El hombre vive en un universo de causa y efecto, y los efectos de ciertas causas son ineludibles. El fuego quema, el agua ahoga, los gérmenes infecciosos producen enfermedades. Estos hechos tienen implicaciones morales. Los seres humanos vivimos en un universo en el que las consecuencias de lo que hacemos son inevitables y, por lo tanto, nuestra responsabilidad por lo que hacemos es igualmente inevitable. Si no existiera esta "ley natural" el hombre podría hacer con impunidad lo que quisiera, y no habría responsabilidad. Dios hizo el universo de esta manera porque es un Dios moral, quien nos ha hecho agentes morales (con conciencia) responsables con libre albedrío para que elijamos cómo hemos de actuar.

2. La negligencia y mal uso que hace el hombre de su vida ha corrompido el desarrollo de la vida humana misma, y ha dejado males que afectan a las generaciones subsiguientes. Estas, a su vez, como parte de la ley natural, pueden manifestarse en forma de debilidades y tendencias hereditarias hacia las enfermedades, la miseria, la necedad o insensatez. La materia misma de la vida puede ser afectada al pasar de generación en generación.

3. Las consecuencias de los actos de los hombres no son tan sólo físicas. Los males sociales y políticos que el género humano ha creado en el transcurso de la historia han dejado una carga acumulativa en las generaciones subsiguientes. La gente hoy en día está atrapada en una red de consecuencias de la historia pasada, e incluso lo que hoy se escribe que luego será nuestra subsiguiente historia siguen generando males a las futuras generaciones y cuando tratan de corregir un mal, provocan la aparición de otro. Con razón Dios nos dice: 1Cor 3:18 "Dejen de engañarse a sí mismos. Si piensan que son sabios de acuerdo con los criterios de este mundo, necesitan volverse necios para ser verdaderamente sabios.
19 Pues la sabiduría de este mundo es necedad para Dios. Como dicen las Escrituras: «Él atrapa a los sabios en la trampa de su propia astucia»*.
20 Y también: «El SEÑOR conoce los pensamientos de los sabios, sabe que no valen nada»*.
 
4. Mantengamos encendidas y sin cesar la lámpara de la oración por estas personas que sufren tanto. Y aunque Dios es amor, sabio sin medida y ningún mal y maldición viene sin causa, aún así oremos y pidamos misericordia y digamosle al Señor: Jesucristo en Ti confío.

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